Nada más 150 metras separan a una historia de otra, aunque las dos se parezcan demasiado. Solo basta expresar que todo se traduce en superación, como parte de una lucha que desde El Combate emprendieron dos guerreros en la justa dimensión de sus maneras. Uno, está entre los mejores arietes en la historia de la MLS y el otro, apenas comienza a hacerse un nombre en Venezuela, queriendo emular a quien considera su gran referente. Hace poco se cruzaron y una foto quedó para grabar tan agradable momento, porque Luifer mucho admira a Josef.
Hernández es delantero de la Academia Puerto Cabello y desde los nueve años hasta cumplir 15 calendarios, formó parte de la Escuela Secasports, teniendo un proceso de formación que le permitió trascender hasta convertirse en jugador profesional y empezar a exhibir cualidades en la máxima categoría del balompié criollo, como parte de una generación de talentos emergentes que se abren paso.
Recientemente, su escuadra, Academia Puerto Cabello, accedió a la Copa Sudamericana tras tener una buena participación en el Torneo Normalización, con él siendo uno de los principales artífices de tal hecho. Tiene mucho camino por recorrer, con una ambición que le hace soñar en grande, para no solamente conseguir cosas interesantes, sino también ayudar a una familia que lo acompaña.
“Sin mis papás, no sería lo que soy, porque desde niño, han ido conmigo a donde sea que me toque estar, haciendo grandes sacrificios. El fútbol es algo que llevo en la sangre, porque desde los cuatro años estoy jugando y haber sido parte de la Escuela Secasports me ayudó muchísimo, no solamente por los torneos que pude ganar, sino por todo lo que ahí aprendí”, aseveró.
Entre muchas cosas positivas, está la presencia de Sebastián Cano, como alguien que ha sido clave en el desarrollo de su promisoria carrera: “gracias a él he madurado mucho, por todos los consejos que me ha dado, porque siempre ha estado ahí cuando lo he necesitado y porque me enseñó el valor de la humildad. Es alguien muy especial para mí, por lo que le tengo gran cariño”.
Sus cuatro dianas marcadas en 2020 significaron 10 de 12 puntos cosechados para la escuadra cuyo escudo defiende, porque siempre que anotó, aquello fue proporcional a la consecución de un resultado positivo. Carlos Maldonado, su entrenador, ha sacado provecho de las cualidades que definen al joven carabobeño, quien ahora desea poder lucirse en un certamen internacional, estando listo para maximizar su rendimiento cuando reciba alguna oportunidad.
“El profe Carlos ha hecho un gran trabajo con nosotros y eso se refleja en todo lo que pudimos alcanzar. Cumplimos una meta importantísima para todos en el grupo y este año esperamos alcanzar cosas mucho más interesantes”, agregó Hernández, seguro que mejores tiempos vendrán y ahí estará, erigiéndose como un atacante de calidad y trabajando con absoluta humildad.
Con solo 19 años, son demasiadas las historias que deberá escribir conforme transcurran los acontecimientos, todo con la premisa de materializar una meta que espera cumplir en los próximos años: jugar en el viejo continente.
“Me gustaría ir a Europa, pero para eso debo trabajar muchísimo, cosa que estoy haciendo. Estoy consciente que todo se dará a su tiempo, porque así me lo han enseñado. Cuando te esfuerzas con todo, las cosas buenas llegan, así que lo único que hago es pensar en dar lo mejor de mí siempre”, dijo.
Esa mentalidad no solamente es la de un joven aguerrido, sino de alguien que está claro no solamente del talento que tiene, sino de la forma como debe administrarlo. Luifer Hernández es pura humildad, fútbol y un total apasionado.
